Apología al Periodismo
Por Julieta Inés Dal Lago Si tuviera que expresar en palabras lo que me dio este oficio, me quedaría corta, pero voy a hacer el intento. La adrenalina, curiosidad, el hambre por la verdad y la investigación, fueron los primeros síntomas que me despertaron y llevaron a involucrarme con esta magnífica práctica adictiva de querer saber más y más. Así llegué a entender que el mundo que imaginaba, lleno de fantasías e historias mágicas, no existe; así llegué a comprender que la historia oficial que aprendemos cuando empezamos el colegio, está influenciada y manipulada por los gestores de turno; así llegué a quitarme el velo que me impedía ver cómo funciona el mundo en verdad. Le doy gracias a este oficio por abrirme las puertas al mejor mundo que pude haber conocido, el de la verdad cruda, un mundo lleno de dolor y decepciones, pero el único real. Además, pude encontrarme con personas que comparten la inquietud intelectual y espiritual por tratar de resolver misterios...