Para encontrarse hay que perderse, y viceversa
Por Julieta Inés Dal Lago El otro día, estaba hablando con una íntima amiga del colegio primario y secundario, y, en un contexto de conversación, le dije: “para encontrarse hay que perderse”. Ella identificó mis palabras con un libro que había leído, yo le respondí que no sabía de qué libro hablaba, sino que se lo decía por experiencia propia. Unos días después, me junté con otras amigas, también del colegio primario y secundario, y dos eran amigas desde el jardín de infantes, también. Hablamos de cómo estábamos, cómo nos sentíamos, nos pusimos al día después de un tiempo sin vernos. Cuando tocó mi turno, hablé y conté, y en un momento, en referencia a un tema que estábamos charlando, hice el mismo comentario que había hecho en la conversación con mi otra amiga, también amiga de ellas, el otro día, aunque alteré el orden de los factores. Lo que dije fue: “para perderse hay que encontrarse”, una de las chicas dijo: “¿no sería al revés?, para encontr...