Avatar

Por Julieta Inés Dal Lago


Una vez más, el cineasta James Cameron ha llevado a la gran pantalla un film que produce asombro en los espectadores y los sumerge en un mundo fantástico dominado por la tecnología, las imágenes digitales, los personajes y un excelente guión.

Es el año 2154 y Estados Unidos ha descubierto en Pandora, una luna del planeta Polifemo, el yacimiento de un valioso mineral para explotar y que permitiría solucionar problemas energéticos de la Tierra: el ubnotainium, motivo suficiente para justificar una invasión.

Los científicos desarrollan, con ADN alienígena y humano, avatares, seres semejantes a los nativos del nuevo mundo, muy altos y azules, controlados vía remota. El plan es ganarse su confianza y convencerlos de abandonar el territorio. Jake Sulivan, un ex marine parapléjico, logra formar parte de la tribu Na´vi hasta convertirse en uno de ellos.

Lo que comenzó siendo una misión militar terminó dando un vuelco a la vida del marine. Jake es conquistado por la fauna y flora exuberante de Pandora, logra conectarse con la naturaleza y sentirla como parte integrante de un circuito de energía del cual él es una pieza. También, es capturado por el encanto de una nativa: Neytiri.

La retirada de los Na´vi nunca sería posible. Sulivan descubre que su país es el enemigo, por eso se pasa de bando y emprende con la tribu el combate para expulsar a los seres humanos.

Avatar es un film que plasma la esencia de los movimientos militares estadounidenses. Los indígenas azules representan las distintas víctimas que sufrieron, y aún sufren, los ataques de ese país (como los vietnamitas, iraquíes y africanos) para apropiarse los recursos energéticos que existen en sus tierras.

La película encierra una dura crítica al capitalismo y al imperialismo estadounidenses, dominados por una ambición desmedida. También, al comportamiento humano irrespetuoso y desinteresado hacia otras comunidades y la madre naturaleza, una práctica que se ha instalado como costumbre en la raza humana.

©.- Julieta Inés Dal Lago.- 17 de junio de 2011.-

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