Que ves el cielo


Por Julieta Inés Dal Lago

“Nací como nace un capullo, como nacemos todos, junto al amor de los míos, que me dieron el sentido y el cuidado,  crecí día a día, como lo hemos hecho todos. (…) Por momentos jugando, vi a las cosas perfectas, y el mundo, infinito. Ahora comprendo que el infinito no ha cambiado, está presente cuando miramos al cielo los que lo amamos”, a través de éstas inéditas palabras el ex cantante, guitarrista, poeta y compositor argentino de rock Luis Alberto “el Flaco” Spinetta, dejó asentado que su mirada era elevada y que pudo atravesar con sus ojos el mundo sensible, hasta alcanzar el intangible.


Su obra es producto, no sólo de una observación y percepción insondables de la realidad, sino de una creatividad sublime, todo lo cual quedó plasmado en sus producciones musicales y líricas, reconocidas en latinoamérica y en el mundo.

A nueve meses de haberse ganado una entrada al cielo, el Flaco y su obra se inmortalizan en hogares, bares y boliches. Su guitarra musicaliza eventos y sus letras son recitadas en cánticos de adolescentes y adultos.

Con la intención de generar un punto de encuentro con quien ya no está físicamente presente, la dirección de la Biblioteca Nacional Argentina decidió homenajear, desde el mes de octubre hasta el 12 de diciembre, a quien fue considerado  uno de los padres del rock argentino.

“…entre los libros, de la buena memoria…” el espectador se quedará viendo y “…oyendo… como un ciego frente al mar…” la amplia exposición de la obra de Spinetta, montada en la sala Leopoldo Marechal de la Biblioteca.

El público podrá nadar en un océano de recuerdos y reencontrarse con el Flaco, a través de manuscritos inéditos, poesías, dibujos (de autos, humanoides y ¡penes!), letras de canciones y también objetos que fueron de su pertenencia, como los libros, discos y fotografías que decoran el salón del primer piso del edificio erigido en La Plaza del Lector.

La muestra lleva el nombre de uno de los clásicos temas que compuso (“Los libros de la buena memoria”) en tiempos de “Invisible”, banda que fundó en 1973, junto con Héctor "Pomo" Lorenzo, en batería, y Carlos Alberto "Machi" Rufino, en bajo y voces, después de la separación de "Pescado Rabioso".

Curada por su amigo personal y fotógrafo Eduardo “Dylan” Martí, la exposición busca rescatar y recrear Spinettalandia, ese universo ideado y edificado por el músico y poeta sobre los cimientos de una obra que, aún hoy, produce una gran sinestesia en el público.

El eje temático de la muestra gira en torno a una línea cronológica de música, letras e imágenes.

El espectador podrá deleitarse con retratos del cantautor de su infancia, de sus primeros pasos en el mundo artístico y otros, donde se lo puede observar compartiendo salas de grabación y escenarios junto a maestros del rock nacional, como Charly García y Gustavo Ceratti o tocando junto a Javier Malosetti y Daniel Wirtz, en un ensayo en La Diosa Salvaje.

Al ingresar al recinto, el público podrá observar una extensa tela blanca con una gruesa línea rojiza en el centro, decorada con la leyenda “La bengala perdida”, nombre de la canción más célebre del álbum “Don Lucero” (1989), inspirada en la muerte del simpatizante de fútbol Roberto Basile, víctima de una bengala lanzada desde una tribuna, en el estadio del Racing Club, en 1983.

"Luis era un furioso hincha de River, amaba el deporte y odiaba la violencia que generaba", informó Dylan a la agencia de noticias Télam, haciendo referencia a aquel trapo que no hace más que destacar el espíritu de Spinetta comprometido con los temas sociales.

Como también lo demuestra la remera negra con la leyeda "Todos fuimos, todos somos, todos podemos ser", que decora una de las vitrinas de la sala, haciendo eco de la campaña "Conduciendo a Conciencia", de la cual formó parte para difundir e instalar en la sociedad la práctica de no beber antes de tomar el volante.

“Márcame y marca con tus ojos los navíos y las almas. Sólo quítame, quítame las penas con tus labios que me queman”, es un fragmento del tema “Guíame” (del álbum “Los ojos” (1999), de “Spinetta y los Socios del Desierto”, el cual, junto al dibujo de una mujer humanoide de pechos grandes, ornamenta una de las paredes de la sala Marechal.

Sugerencias a un luthier, poemas y canciones escritas de su puño y letra, vitrinas con cd´s, discos, fragmentos y tapas de revistas, como también el vestuario que utilizó en los videoclips de “Cheques” (1995) y “La Montaña” (1991), y una selección de libros que nutrieron su formación como “Las enseñanzas de Don Juan”, de Carlos Castaneda, “Historia de la sexualidad”, de Paul Michel Foucault, “El engranaje”, de Jean Paul Sartre, entre otros, recrean el cosmos Spinettoso, espacio donde no sólo va el Capitán Beto “con su nave de fibra hecha en Haedo”, sino también el Flaco, flotando, haciendo de su guitarra su arpa y de su pluma el timón del barco con el que navega entre las nubes líricas de aquel mar melódico que, más de una vez, llamó cielo.

Rutas argentinas

Ganador del premio Gardel de Oro en 2009, Luis Alberto "el Flaco" Spinetta dejó su primera huella en el rock nacional cuando formó "Almendra" (1967-1970), considerada una de las tres bandas fundacionales del género, junto con "Manal" y "Los Gatos".

"Laura va", "Plegaria para un niño dormido", "Ana no duerme" y "Muchacha ojos de papel", son algunos de los temas compuestos por Spinetta e intrepretados por la banda, incluso, el último de ellos fue ponderado por muchos como la mejor canción de la historia del rock argentino.

En 1971 grabó su primer disco como solista: "Spinettalandia y sus amigos". En el mismo año quedaría consolidada "Pescado Rabioso" (disuelta en 1973), banda de rock blues.

Antes de la llegada de "Invisible" (1973-1976), lanzó un nuevo disco como ejecutor de solos: "Artaud", enarbolado como una de sus obras cúspides.

Clásicos como "El Anillo del Capitán Beto", "Los libros de la buena memoria", "Durazno sangrando", entre otros, fueron los que dejaría junto a "Invisible" como emblemas de los tres discos que editó la banda hasta su disolución.

Paralelamente al inicio de su etapa como solista, en la década del 80, y a los reencuentros con "Almendra", formó "Spinetta Jade" (1980-1985), una banda de jazz rock continuadora del estilo de "Invisible", con la que profundizó la complejidad de sus composiciones.

Entre sus álbumes se destacan: "Almendra I", "Pescado II", "El jardín de los presentes", "Almendra II", "La la la" con Fito Páez, "Invisible" y "Bajo Belgrano".

Hijo de un cantante de tango aficionado, toda su obra tuvo un marcado sello tanguero y en sus letras quedó plasmada la influencia de diversos intelectuales y artistas como Rimbaud, Freud, Joung, Foucault, Niestzche, Deleuze, Castaneda, Artaud y Van Gogh.

©.- Julieta Inés Dal Lago.- 21 de noviembre de 2012.-

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