"Rayuela": Capítulo 7, Libro primero: "Del Lado de allá", del escritor Julio Cortázar (1914-1984)
"Toco
toda tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si
saliera de mi mano, como si, por primera vez, tu boca se entreabriera, y
me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar; hago nacer,
cada vez, la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara,
una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para
dibujarla con mi mano en tu cara, y que, por un azar que no busco comprender, coincide
exactamente con tu boca, que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me
miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y, entonces, jugamos al
cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan
entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las
bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando
apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos, donde un aire pesado
va y viene con un perfume viejo y un silencio.
Entonces,
mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar, lentamente, la profundidad de
tu pelo, mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de
peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos, el dolor
es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del
aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor
a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.".-
Por Julieta Inés Dal Lago
Cuando leí este fragmento de Cortázar, se
me puso la piel de gallina, me sonrojé y simplemente pude decir: “Wow” (con ojos enternecidamente desorbitados).
En mi opinión, hizo una descripción
perfecta de los besos apasionados, esos que jamás se olvidan y que, con sólo
recordarlos, nos estremecen.
Se trata de esos ladrones que nos arremeten
y nos dejan prácticamente desnudos, nos sacan nuestras trabas y nos van
llevando, atractivamente, a una moderada exaltación de nuestros huesos.
Besos que traducen el particular encuentro de dos personas, por medio del cual logran comunicarse a través de un
lenguaje diferente al de las palabras. El idioma que ellos crean, es el del
entendimiento o compenetración que todos conocemos e identificamos con la
famosa “química”.
Una simple palabra capaz de reflejar la
importancia de que ese ingrediente esté presente cuando damos un beso. Una
palabra capaz de traducir la sensación que experimentamos cuando somos asaltados por un
enardecimiento interno, el cual logra dominarnos y hacernos dar rienda suelta a la
libertad de expresión corporal.
Si los dos personajes de este encuentro están en sintonía y liberados de fantasmas del pasado, al punto de estar abiertos a vivir el presente, podrán logar también la libertad emocional, entre esos colchones de afecto e intercambio fluido de cariño que genere el choque de sus bocas encendidas.
Si los dos personajes de este encuentro están en sintonía y liberados de fantasmas del pasado, al punto de estar abiertos a vivir el presente, podrán logar también la libertad emocional, entre esos colchones de afecto e intercambio fluido de cariño que genere el choque de sus bocas encendidas.
©.- Julieta Inés Dal Lago
Cuanto erotismo!! Juliiii gracias por tu recorte y tus reflexiones!!! Besos grandes. Clari
ResponderEliminarMuchas gracias a vos, Clari!! Beso grande!!
Eliminar