Ayudar en cuerpo y alma
Por Julieta Inés Dal Lago
Médicos que brindan asistencia a pueblos marginados, viajan al interior del país para cambiar la realidad social y sanitaria de comunidades que viven con carencias extremas.
Médicos que brindan asistencia a pueblos marginados, viajan al interior del país para cambiar la realidad social y sanitaria de comunidades que viven con carencias extremas.
Son más de quince los profesionales de la salud que se unieron, desde el 2005, con la misión de brindar atención médica y educación sanitaria a los pueblos de la Argentina que viven bajo un manto de indeferencia social.
Los integrantes de la organización son especialistas en distintas ramas de la medicina: clínica, oftalmología, pediatría, ginecología y odontología.
Hoy suman cuatro las poblaciones donde la asociación ha brindado asistencia médica: General Capdevilla, Pampa Landriel, Mesón de Fierro y, desde el 2009, trabaja en una comunidad de la etnia Mocoví llamada Las Tolderías.
A pesar de estar situados a no más de 40 km de la ciudad de Charata (cuarta de la provincia del Chaco en número de habitantes, aproximadamente 40.000), se trata de pueblos enteros marginados, sin acceso a la salud y a la educación sanitaria. Es gente que fue librada a su suerte.
Los Mocovíes son el primer pueblo aborigen con el que trabaja la asociación. Su labor comenzó el año pasado luego de recibir el llamado de los caciques, quienes se enteraron del trabajo de los médicos en lugares aledaños y vieron la posibilidad de recibir la mano que muchos les habían prometido pero nunca estrecharon.
“El pueblo Mocoví es una comunidad abandonada, muy marginada y castigada por promesas políticas que nunca llegaron”, enfatizó el presidente y médico clínico de Cuerpo y Alma, Jorge De All.
“No fue fácil ganarnos su confianza. Nos encontramos con una barrera cultural muy difícil de cruzar. Lo importante fue prometer lo que podíamos cumplir, después nos abrieron las puertas. Este compromiso es fundamental para que crean en nosotros y estén dispuestos a recibirnos cuando volvemos”, subrayó el doctor De All.
El pasado 25 de septiembre, más de 20 médicos de la asociación regresaron a Las Tolderías para continuar el trabajo que iniciaron el año pasado. Durante una semana intensa atendieron a más de 2 mil personas, miembros de la comunidad y gente que se acercó de zonas vecinas en búsqueda de atención médica.
Todos los días de la semana, al finalizar la jornada, los profesionales se juntaron y hablaron sobre las experiencias que habían tenido con los pacientes. “Vivimos cosas fuertes. Es muy difícil ver y escuchar los problemas que estas personas padecen y que en nuestro entorno son muy fáciles de solucionar. Es triste y genera impotencia”, lamentó Juan Pablo Francos, oftalmólogo.
Los integrantes de Cuerpo y Alma no sólo atienden a la población indígena y curan sus afecciones, sino que van más allá. La organización intenta erradicar la enfermedad que invade a la comunidad Mocoví: el Chagas, transmitida por la vinchuca, insecto que se desarrolla en los ranchos donde viven (con techos de paja, maderas y plásticos, pisos de tierra y paredes de adobe).
Con la ayuda de la organización no gubernamental (ONG) Un Techo Para Mi País Argentina (UTPMPA), este año construyeron 90 casas de madera, lo que contribuye a combatir la vinchuca.
Una de las charlas de educación sanitaria que dieron fue sobre la potabilización del agua. También hablaron sobre el cuidado de la mujer, del niño, la higiene dental y la enfermedad del Chagas. Además, hubo un taller para enseñar a las mujeres mocovíes a desarrollar y vender las artesanías que hacen.
Comprometidos en cuerpo y alma, van a continuar su labor en Las Tolderías hasta que la salud de la comunidad mejore. Después, buscarán otros pueblos para cambiar su realidad y para que sepan que no están solos en este mundo sino que hay un grupo de médicos para quienes no son invisibles.
©.- Julieta Inés Dal Lago.-3 de noviembre de 2010.-
©.- Julieta Inés Dal Lago.-3 de noviembre de 2010.-
Bien Juliana!
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